lunes, 25 de abril de 2016

Vida y muerte de una estrella



EL NACIMIENTO DEL SOL
LAS ESTRELLAS nacen, evolucionan y mueren. Su aparición, su vida y su muerte no son de ninguna manera caóticas, sino que obedecen a reglas precisas que la astrofísica moderna empieza a desentrañar. ¿Cómo ha sido esto posible? Nadie ha vivido lo suficiente como para ver nacer y morir a una estrella; la vida misma de toda la humanidad representa apenas un brevísimo suspiro en el tiempo de vida de una estrella. ¿Cómo es entonces que podemos hablar del nacimiento, la evolución y la muerte de las estrellas? El secreto está en que el cielo está lleno de ellas y en que no todas las que vemos se encuentran en el mismo estado de evolución. Se han visto nacer y morir estrellas y se han presenciado cambios de estado en algunas otras; esto ha permitido elaborar modelos de evolución estelar bastante satisfactorios que concuerdan con las observaciones cada día más abundantes. En la actualidad se pueden obtener en las rápidas y potentes computadoras las soluciones a las ecuaciones teóricas que gobiernan el estado de una estrella y obtener así un modelo del camino evolutivo de las estrellas en función de su masa y su composición química.

 En términos generales, el proceso se inicia al azar. El gas y el polvo que se encuentra en el espacio va concentrándose por colisiones de las partículas y por atracción gravitacional a lo largo de millones de años hasta formar en algún lugar una enorme nube fría. Conforme el proceso de concentración continúa, empiezan a aparecer núcleos de concentración aquí y allá que son los embriones de los que más tarde surgirán estrellas. Estos embriones o protoestrellas son enormes, mucho mayores que todo nuestro sistema solar, y relativamente fríos, radiando sólo en el rango invisible del infrarrojo. Conforme continúa la concentración gravitacional, la protoestrella se vuelve cada vez más densa, se contrae cada vez con mayor velocidad y su temperatua es cada vez más alta. Una protoestrella que tenga aproximadamente la misma cantidad de materia que nuestro Sol se encoge desde su diámetro original de billones de kilómetros hasta el diámetro del Sol en aproximadamente 10 millones de años; para entonces, su parte central o núcleo ha alcanzado una temperatura del orden de 10 millones de grados y se inician las reacciones de fusión que convierten hidrógeno en helio: la estrella comienza a arder. Al principio, la estrella joven girará muy rápido y tendrá mucha actividad magnética, pero no seguirá ciclos regulares; un viento estelar intenso irá frenando su fogocidad y unos 20 millones de años después la estrella se estabiliza, se vuelve más brillante, gira en forma más lenta, su viento se vuelve más suave y menos masivo y su actividad magnética empieza a obedecer ciclos regulares; permanecerá en ese estado estable los próximos 10 000 millones de años, la etapa más larga de su existencia. Nuestro Sol tiene ya 5 000 millones de años en esta etapa que podríamos llamar madura y le esperan en ella otros 5 000 más. Desde la formación de la corteza terrestre el Sol ha sido una estrella muy semejante a la que es ahora y miles de millones de generaciones venideras seguirán viendo el mismo Sol. Después de esto, el Sol iniciará una serie de procesos que lo conducirán finalmente hasta su muerte; el fin inevitable de todas las estrellas. Pero no todas ellas duran lo mismo que el Sol. Mientras más masa tiene una estrella más corta es su vida. Una estrella con una masa 10 veces mayor que la del Sol es 1 000 veces más brillante, pero sólo puede vivir 100 millones de años, mientras que las estrellas pequeñitas pueden llegar a arder incluso decenas de billones de años.

 Nuestra galaxia —la Vía Láctea— con unos 15 000 millones de años, sigue siendo aún un terreno fértil para la formación de estrellas. Se han formado en ella estrellas grandes y pequeñas; han nacido y muerto en ella miles de millones de ellas y el material que la compone sigue reciclándose en un ir y venir de nuevos astros. Se cree que nuestro sistema solar surgió de los restos de una enorme estrella que explotó en el pasado remoto; todo en él, incluyendo los átomos que forman nuestros cuerpos, formó parte alguna vez de una estrella gigante y espléndida que completó su ciclo de vida y devolvió al espacio su materia cumpliendo un proceso de reciclaje cósmico que mantendrá por siempre la formación de nuevas estrellas. Y es este proceso de reciclaje el que ha permitido la aparición de planetas como el nuestro donde se dieron todos los elementos necesarios para la evolución de la vida, aparición que pudo haber ocurrido en millones de otros sistemas planetarios. No existe ninguna razón para suponer que somos los únicos, ni los primeros, ni los últimos. La vida inteligente no es más que la herencia de las estrellas, un cierto paso más en el proceso evolutivo de un Universo vivo que en majestuosa armonía hace nacer estrellas y hombres y un sin fin de cosas aún insospechadas.

LA MUERTE DE UNA ESTRELLA La energía de las estrellas no es inagotable; tarde o temprano, en forma tranquila o explosiva, cada estrella llega a su fin. Las características de las etapas finales de su evolución dependen de su masa: las estrellas pequeñas mueren de forma más modesta que las grandes, se extinguen simplemente, mientras que las gigantes tienen esplendorosos finales explosivos. Nuestra estrella es de las modestas. Por efecto del viento solar, el Sol seguirá rotando cada vez de manera más lenta, pero su frenamiento será ligero, ya que el viento solar actual y futuro es un viento tenue. Posiblemente la actividad magnética también continuará disminuyendo y las ráfagas serán menos violentas. Pero los cambios más importantes se irán originando en el interior del Sol, en el horno nuclear de fusión que cada vez tendrá menos hidrógeno y más hielo. Como consecuencia de esto, el Sol se hará más caliente y más brillante. En unos 1 500 millones de años a partir de ahora su luminosidad será un 15% mayor que la actual y el helio de los casquetes polares en la Tierra se derretirá totalmente.

 La temperatura del Sol no aumentará de forma indefinida; dentro de unos 4 o 5 000 millones de años, el Sol prácticamente habrá quemado todo el hidrógeno de su núcleo y lo habrá convertido en helio; para entonces su luminosidad será casi el doble de la actual y su tamaño habrá aumentado en un 40%. Las reacciones de fusión en su núcleo empezarán a extinguirse y ya no habrá presión suficiente para mantener su tamaño; empezará a contraerse y con ello a calentarse más, y nuevas reacciones de fusión de hidrógeno se iniciarán ahora en las capas circundantes al núcleo ya agotado. Éstas producirán una nueva expansión del Sol y en los 1 500 millones de años siguientes alcanzará un diámetro de más de tres veces su tamaño actual y su luminosidad será también tres veces mayor. La temperatura en la Tierra será para entonces superior al punto de ebullición del agua y todos los océanos hervirán, evaporándose y concentrándose en densas nubes.

 El Sol será entonces lo que se conoce como una subgigante roja, pues su temperatura superficial disminuirá y su apariencia se tornará rojiza.

 En los siguientes 250 millones de años el Sol seguirá creciendo y su luminosidad irá en aumento mientras que su superficie se tornará más fría; al final de esta etapa será una gigante roja de color intenso, con un diámetro 100 veces mayor que su tamaño actual y una luminosidad 500 veces más intensa. Mercurio será tragado por el Sol en esta etapa y la superficie de la Tierra será lava fundida.

 El Sol no durará mucho en este estado. En sólo 250 millones de años su fase de gigante roja terminará bruscamente, se agotará prácticamente todo el hidrógeno y el centro del Sol se contraerá de nuevo; esta contracción irá aumentando la temperatura central que finalmente alcanzará un valor de 100 millones de grados. A esta temperatura, el helio, que hasta entonces había sido sólo un material residual, producto de la quema del hidrógeno, se convierte en un nuevo combustible con el que se iniciarán nuevas reacciones de fusión, ahora de núcleos de helio para formar núcleos de carbono con renovada liberación de energía; esto calentará aún más el núcleo y las reacciones de fusión se acelerarán, aumentando a su vez la temperatura central del Sol hasta un valor de 300 millones de grados.

 El encendido del helio en el núcleo del Sol será un suceso explosivo que se llevará a cabo en unos cuantos minutos, por lo que se le conoce como "el estallido del helio". Esta explosión arrojará al espacio una cantidad considerable de la masa del Sol, tal vez un tercio de ella, después de lo cual la masa restante se contraerá y el Sol se reducirá a sólo 10 veces su tamaño actual y su color se volverá anaranjado debido a una mayor temperatura superficial. Después del estallido del helio, el Sol será ya inestable y sufrirá una serie de oscilaciones en periodos relativamente cortos. Pero su luminosidad seguirá aumentando y volverá a crecer quizá hasta un tamaño de 25 veces el actual. Sin embargo, ahora sus capas externas serán tan diluidas y su núcleo tan pequeño que su radiación misma acabará por barrer toda su envoltura gaseosa dejando desnudo su centro mismo y formando lo que se conoce como una nebulosa planetaria.

 Finalmente toda la envoltura del Sol se difundirá y lo que quedará será sólo una pequeña estrella de la mitad de la masa del Sol actual, donde el material se hallará en un estado de altísima compresión, ocupando una esfera de diámetro similar al de la Tierra, un centésimo del diámetro del Sol en nuestros días. Su temperatura superficial será muy alta, del orden de 10 000 grados, por lo que se verá brillar con luz blanca; el Sol se habrá convertido entonces en una enana blanca. Esto ocurrirá cuando el Sol tenga alrededor de 15 000 millones de años de edad, dentro de unos 10 000 millones de años. Su luminosidad será entonces de un milésimo de la actual, la Tierra se enfriará nuevamente y tal vez, si logró retener sus nubes, las cuencas de sus océanos se llenarán de nuevo.

 El núcleo, ya casi en su totalidad de carbón, del Sol que ha quemado ya su helio, nunca alcanzará temperaturas suficientemente altas para quemar el carbón. De ahí en adelante el Sol seguirá encogiéndose y enfriándose, aunque tal vez tenga todavía algunos estallidos que lo abrillanten en forma momentánea. Pero ahora ya se dirige hacia su fin; al enfriarse se volverá gradualmente amarillo y después rojo y finalmente, después de algunos miles de millones de años, se extinguirá para siempre dejando eternamente helado y en tinieblas a su sistema de planetas.
 ¿Qué futuro le espera a la especie humana? ¿Será en definitiva aniquilada cuando el Sol inicie la evolución hacia su fin, dentro de unos 5 000 millones de años? La civilización humana tiene sólo unos miles de años sobre el planeta Tierra; es aún muy joven comparada con todo lo que aún le falta por vivir al amparo del Sol y ha demostrado ya una gran capacidad de desarrollo. ¿Quién puede predecir lo que serán las civilizaciones terrestres dentro de 5 000 millones de años? Pero si hemos de guiarnos por la historia, podemos esperar que el hombre encontrará la manera de preservar su especie, de salvar su herencia cultural y transportarla al futuro. Los viajes espaciales son ya una realidad y aunque aún estamos lejos de poder colonizar otros mundos, aunque aún no conocemos otros mundos hospitalarios a los que poder emigrar, esto no se ve ya muy remoto. 5 000 millones de años son tiempo de sobra para resolver los problemas que en la actualidad ya están planteados. El instinto de supervivencia, la utilización racional de su inteligencia y la conciencia del valor de la conciencia han hecho del hombre la especie más empeñada y más capaz de sobrevivir en un universo cambiante y podemos abrigar grandes esperanzas de que lo logrará.

viernes, 22 de abril de 2016

Astrónomos hallan un posible 'planeta Tierra' a tan sólo 16 años luz

 El planeta es potencialmente un mundo rocoso, alrededor de cinco veces más masivo que la Tierra y que reside muy cerca de su estrella.
Un equipo de astrónomos está analizando los datos disponibles sobre este sistema planetario cercano con la esperanza de encontrar más mundos extrasolares.

Podría haber otro planeta Tierra a tan sólo 16 años luz
Un planeta similar a la Tierra puede estar presente en un sistema estelar localizado a una distancia de tan sólo 16 años luz, de acuerdo a una nueva investigación. Una estrella, llamada Gliese 832, ha sido recientemente investigada por un equipo de astrónomos en busca de exoplanetas adicionales. Un artículo que detalla el hallazgo ha sido publicado en la revista arXiv.

Ahora un equipo de astrónomos, dirigido por Suman Satyal de la Universidad de Texas en Arlinton ( Estados Unidos), ha vuelto a analizar los datos disponibles sobre este sistema planetario cercano con la esperanza de encontrar más mundos extrasolares que pueden estar ubicados en el vasto espacio entre los dos planetas conocidos.

Los investigadores han llevado a cabo simulaciones numéricas para comprobar la posibilidad de la existencia de otros cuerpos celestes alrededor de la enana roja. Gliese 832 b y Gliese 832 c fueron descubiertos por la técnica de velocidad radial, de la que los científicos extrajeron los parámetros orbitales mediante el uso de las soluciones que mejor se ajustan. Estos parámetros se utilizan como las condiciones iniciales para comenzar sus simulaciones.

Vida del Famoso Escrito Miguel de Cervantes

Infancia y juventud

 Torre de la iglesia de Santa María la Mayor de Alcalá de Henares, donde fue bautizado Miguel de Cervantes. Resultó destruida en un incendio durante la Guerra Civil Española. Desde el siglo XVIII está admitido que el lugar de nacimiento de Miguel de Cervantes fue Alcalá de Henares, dado que allí fue bautizado, según su acta bautismal, y que de allí aclaró ser natural en la llamada Información de Argel (1580). El día exacto de su nacimiento es menos seguro, aunque lo normal es que naciera el 29 de septiembre, fecha en que se celebra la fiesta del arcángel San Miguel, dada la tradición de recibir el nombre del santoral del día del nacimiento. Miguel de Cervantes fue bautizado el 9 de octubre de 1547 en la parroquia de Santa María la Mayor.

 Sus abuelos paternos fueron el licenciado en leyes Juan de Cervantes y doña Leonor de Torreblanca, hija de Juan Luis de Torreblanca, un médico cordobés; su padre se llamaba Rodrigo de Cervantes (1509-1585) y nació en Alcalá de Henares por casualidad: su padre tenía entonces su trabajo allí. Lo educaron para ser cirujano, oficio más parecido al antiguo título de practicante que a nuestra idea de médico, pero la secuela de una enfermedad infantil lo dejó desde niño con una extrema sordera, lo que se averiguó por un documento exhumado por Krzysztof Sliwa según el cual el escritor hizo al menos una vez de intérprete para su padre.
 Don Rodrigo no pudo seguir estudios continuados no solo por su sordera, sino por el carácter inquieto e itinerante de su familia, que llegó a moverse entre Córdoba, Sevilla, Toledo, Cuenca, Alcalá de Henares, Guadalajara y Valladolid, que se sepa; sin embargo aprendió cirugía de su abuelo materno cordobés y del padrastro, también médico, que lo sucedió, sin llegar a contar nunca con un título oficial.

 Según Américo Castro, Daniel Eisenberg y otros cervantistas, Cervantes poseía ascendencia conversa por ambas líneas familiares; por el contrario, su último biógrafo, Jean Canavaggio, afirma que no está probado y lo compara con los documentos que apoyan esta ascendencia sin lugar a dudas para Mateo Alemán; en todo caso, la familia Cervantes estaba muy bien considerada en Córdoba y ostentaba allí y en sus cercanías cargos importantes. El padre del escritor, Rodrigo, casó con Leonor de Cortinas, de la cual apenas se sabe nada, excepto que era natural de Arganda del Rey. Los hermanos de Cervantes fueron Andrés (1543), Andrea (1544), Luisa (1546), que llegó a ser priora de un convento carmelita; Rodrigo (1550), también soldado, que le acompañó en el cautiverio argelino; Magdalena (1554) y Juan, solo conocido porque su padre lo menciona en el testamento.
 Hacia 1551, Rodrigo de Cervantes se trasladó con su familia a Valladolid. Por deudas, estuvo preso varios meses y sus bienes fueron embargados. En 1556 se dirigió a Córdoba para recoger la herencia de Juan de Cervantes, abuelo del escritor, y huir de los acreedores. No existen datos precisos sobre los primeros estudios de Miguel de Cervantes, que, sin duda, no llegaron a ser universitarios. Parece ser que pudo haber estudiado en Valladolid, Córdoba o Sevilla. También es posible que estudiara en algún colegio de la Compañía de Jesús, ya que en la novela El coloquio de los perros describe un colegio de jesuitas con una precisión que parece propia de su experiencia estudiantil.


estrella cervantes



Resultado de imagen de estrella cervantes
A solo 49,8 años luz de nuestro planeta, la estrella Cervantes ilumina el firmamento. Hasta ayer, su designación técnica era mu Arae. Pero la Unión Astronómica Internacional (IAU,por sus siglas en inglés) la acaba de rebautizar con el nombre de nuesto escritor más universal después de que en la votación online «NameExoWorlds», puesta en marcha este pasado verano para renombrar a los sistemas planetarios hallados en los últimos años, 38.503 personas votasen a favor del literato complutense. Mu Arae, a partir de ahora, es Cervantes. Y los cuatro planetas que orbitan a su alrededor –como no podía ser de otra manera– son Dulcinea, Rocinante, Quijote y Sancho.
 Esta victoria astronómica no ha sido la única conseguida por una propuesta española. El planeta en torno a la estrella Edasich (iota Draconis b) se llamará a partir de ahora Hypatia, a propuesta de la asociación cultural homónima de la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid.

 El presidente de la Sociedad Española de Astronomía, Javier Gorgas, está encantado con el éxito de la iniciativa presentada a la IAU por su institución, junto con el Planetario de Pamplona y la colaboración del Instituto Cervantes. «Es la primera vez que la gente de la calle puede poner nombre a estrellas y planetas. Desde hacía siglos no se hacía. La nomenclatura de las estrellas más brillantes, las que se ven a simple vista en el cielo, procede hasta ahora del latín o del árabe, como Sirio o Fomalhaut. Los planetas de nuestro Sistema Solar tienen denominaciones mitológocas clásicas (Venus, Marte, Júpiter...). Como hay cientos de miles de estrellas, para identificarlas, se les asigna una especie de DNI, un número de un inmenso catálogo en el que solo unas pocas, las más brillantes, tenían también un nombre propio», explica Gorgas a ABC.

 La respuesta de la gente ha sido "fantástica", comenta a este diario Benjamín Montesinos, investigador del Centro de Astrobiología del CSIC y representante en nuestro país de la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés). "Se quería unir Ciencia y Cultura, aprovechando que en 2016 se cumple el cuarto centenario de la muerte de Cervantes", cuenta el investigador. Por ello se mandó una propuesta a la IAU en la que se explicaba "que Cervantes debía ser el nombre de la estrella sobre la que orbitan cuatro planetas; Quijote, en una órbita algo excéntrica, como corresponde a su carácter; su fiel compañero Rocinante, en el centro de la escena; el bueno de Sancho, su ingenioso escudero, moviéndose lentamente por las ínsulas exteriores del sistema; y Dulcinea, cerca del corazón del escritor".

 La IAU aprobó la iniciativa y dejó la decisión final en manos de los ciudadanos. «Casi 40.000 personas votaron a favor, todo un éxito. Los astrónomos españoles teníamos la espinita clavada de que Shakespeare tenía un asteroide con su nombre y los satélites de Urano, Titania y Oberón, son personajes de «El Sueño de una noche de Verano», cuenta emocionado este divulgador de la Astronomía a ABC.

 Y no es para menos. Otros nombres competían contra el español. Desde la vecina Portugal se había propuesto para la estrella el nombre de Lusitania y Grecia quería el de un pequeño pueblo de la costa helena, Riza. Pero al final, Cervantes ganó el pulso al conseguir el 69% de todos los votos para ese sistema planetario. Además, nuestro país fue el tercero que con más entusiasmo votó, solo superado por India y Estados Unidos.

lunes, 18 de abril de 2016

Cuanto tiempo vive una estrella



Marco de tiempo

 El sol se ha asociado siempre a alrededor de 4,6 millones de años y tiene unos 5 millones de años de vida a la izquierda. Las estrellas más pequeñas con muy poca masa, pueden quemar por 15 mil millones de años más. Estrellas más grandes con alta masa se queman muy rápidamente, a veces en unos pocos millones de años.

Características.

 Cada estrella comienza su vida como una nebulosa, que es una nube difusa de gas y polvo interstallar. Con el tiempo, la nube colapsa, la creación de una protoestrella. A continuación, la estrella comienza a brillar, convirtiéndose en una estrella de secuencia principal. Estrellas permanecen en la fase de la secuencia principal de la mayor parte de su ciclo de vida. En el centro de la estrella, el hidrógeno se convierte en helio a través de la fusión nuclear. Cuando el hidrógeno disponible se está agotando, la estrella se contrae. Entonces comienza a expandirse de nuevo. La mayor parte de la estrella se convierte en una gigante roja en esta etapa. Estrellas de baja masa se encogerán en enanas blancas, y luego enfriarse y convertirse en estrellas enanas negras o marrones. Las estrellas masivas, en cambio, van supernova.

 Función La vida de una estrella depende de su masa. Esto se debe a que las estrellas más masivas queman a temperaturas mucho más altas, el uso de su combustible disponible un ritmo más rápido. Estrellas de baja masa son muy eficientes en la forma en que se queman su combustible nuclear, y por lo tanto viven mucho más tiempo

Beneficios

 La masa del Sol dio longevidad. Es también dotado de la capacidad de producir calor y luz suficiente para que la vida evolucione y prosperar en la Tierra. Si fuera más masiva, que iba a morir joven. Si fuera menos masivo, su vida hubiera sido más larga, pero dejaría demasiado fría para sostener la vida en la Tierra.

Efectos

 Una estrella moderadamente masivo con una masa de 1,4 veces la del Sol, se convertirá en una estrella de neutrones después de una supernova. La mayoría de las estrellas masivas cuya masa es 3 veces o más grande que el sol se convierta en un agujero negro después de convertirse en una supernova. Si la estrella es de 5 veces o más masiva que el Sol, las reacciones de fusión más pesados ​​se producen antes de que la estrella de apagarse. Cuando todos los elementos dentro del núcleo de hierro, pero se han agotado, la estrella explota en una supernova. Estas estrellas también pueden convertirse en las estrellas de neutrones o agujeros negros. En algunos casos, puede llegar a ser un pulsar.

¿Cómo se calcula la vida de una estrella?

 El tiempo puede variar de acuerdo a la cantidad de hidrógeno en su núcleo, que determina lo rápido que se consume. Al igual que nuestro Sol, estas estrellas tienen tres capas: un núcleo donde se realiza la fusión nuclear; la zona radioactiva donde se emiten los fotones que después absorben los átomos; y la zona convectiva donde el gas caliente sube a la superficie en forma de plasma. Las estrellas más grandes son 150 veces mayores al Sol y emiten una energía 4 millones de veces mayor que él. Por ejemplo, Eta Carinae está a 8 mil años luz de la Tierra y se formó hace menos de 3 millones de años, por lo que su esperanza de vida es de unos 100 mil años más, o antes.


viernes, 8 de abril de 2016

Explosión de una estrella

El brillante destello de la onda de choque de la explosión de una estrella ha sido capturada por primera vez en luz visible por el cazador de planetas de la NASA, el telescopio espacial Kepler.

 Un equipo científico internacional dirigido por Peter Garnavich, profesor de Astrofísica en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, analizó la luz captada por Kepler cada 30 minutos durante un período de tres años a partir de 500 galaxias distantes, buscando unos 50 billones de estrellas. Estaban buscando signos de explosiones letales estelares masivas conocidas como supernovas.

 En 2011, dos de estas estrellas masivas, llamadas súper-gigantes rojas, explotaron mientras a la vista de Kepler. El primer gigante, KSN 2011a, es casi 300 veces el tamaño de nuestro sol y se encuentra a tan sólo 700 millones de años luz de la Tierra. El segundo, KSN 2011d, es aproximadamente 500 veces el tamaño de nuestro sol y se localiza a alrededor de 1,2 millones de años luz de distancia.

 "Para poner en perspectiva su tamaño, la órbita de la Tierra alrededor de nuestro sol podría encajar cómodamente dentro de estas estrellas colosales", dijo Garnavich.

 Ya se trate de un accidente aéreo, accidente de tráfico o supernova, la captura de imágenes de sucesos repentinos catastróficos es extremadamente difícil, pero tremendamente útil para comprender las causas. Justo cuando el despliegue generalizado de cámaras móviles ha hecho los videos forenses más comunes, la mirada constante de Kepler permitió a los astrónomos ver, por fin, una onda de choque de supernova, cuando llegaba a la superficie de una estrella. El choque de ruptura en sí dura sólo unos 20 minutos, por lo que controlar el destello de energía ha sido un hito de investigación para los astrónomos.

 "Con el fin de ver algo que ocurre en escalas de tiempo de minutos, como una ruptura de choque, es deseable tener una cámara de vigilancia de forma continua el cielo", dijo Garnavich. "Usted no sabe cuando una supernova va a apagarse, y la vigilancia de Kepler nos permitió ser testigos de cómo comenzó la explosión."

 Las supernovas como estas - conocidas como Tipo II - se desatan cuando el horno interno de una estrella agota su combustible nuclear, provocando que su núcleo colapse por efecto de la gravedad.

 Las dos supernovas encajaban bien con modelos matemáticos de explosiones de tipo II, reforzando las teorías existentes. Pero también revelaron lo que podría llegar a ser una variedad inesperada en los detalles individuales de estos eventos catastróficos estelares.

 Si bien ambas explosiones producen un golpe enérgico similar, no se apreció ruptura de choque en la más pequeña de las supergigantes. Los científicos creen que es probable que se deba a que la estrella más pequeña estaba rodeada de gas, quizás lo suficiente para enmascarar la onda de choque cuando llegó a la superficie de la estrella.

 "Ese es el enigma de estos resultados," dijo Garnavich. "Nos fijamos en dos supernovas y vimos dos cosas diferentes. Esa es la máxima diversidad."

 La comprensión de la física de estos hechos violentos permite a los científicos entender mejor cómo se han esparcido las semillas de la complejidad química y la vida misma en el espacio y el tiempo en la Vía Láctea.

 "Todos los elementos pesados en el universo provienen de las explosiones de supernovas. Por ejemplo, toda la plata, níquel y cobre en la Tierra e incluso en nuestros cuerpos procede de la agonía explosiva de las estrellas", dijo Steve Howell, científico del proyecto Kepler y la misión K2 de la NASA en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley, California. "La vida existe a causa de las supernovas."

 El trabajo de investigación que ha dado pie a este descubrimiento ha sido aceptado para su publicación en la revista Astrophysical Journal.

martes, 5 de abril de 2016

Supernova

Supernova

Una supernova es un fenómeno visible, directamente desde la explosión cataclísmica de una estrella que lleva a su destrucción y por lo tanto la muerte de la estrella. Esta explosión se acompaña de un aumento masivo de su brillo como se ve desde la Tierra, que puede durar hasta varias semanas e incluso meses. Es visible en la luz del día y de noche puede ser tan brillante como la Luna e incluso dar una sombra a los objetos. Una supernova aparece tan a menudo como una nueva estrella, de ahí su nombre, nova. Las supernovas son eventos raros en nuestra Vía Láctea, entre uno y tres por siglo, en contra de la escala del universo que observamos todos los días. Fue durante la explosión de la supernova de la estrella libera los elementos químicos, que se sintetizó en su existencia y durante la explosión en sí misma. La onda expansiva de la supernova favorece la formación de nuevas estrellas, la aceleración de la contracción de las regiones de gas y polvo en el medio interestelar. Las novas, a diferencia de las supernovas provienen de explosiones termonucleares, provocando una destrucción parcial de la estrella con la expulsión de parte de su superficie en el espacio interestelar. Nuestro Sol no se pondrá fin a su vida como una supernova, pero mucho más tranquilo. La muerte de una estrella puede ser leve o severa, dependiendo de su masa. Por debajo de 1,4 veces la masa del Sol, la estrella se apaga en paz, que pasará del tamaño de una gigante roja (unos 50 millones de km de radio) a la de la Tierra (alrededor de 6 radio de 000 kilómetros). La estrella se convierte en una enana blanca.

Explosión de estrellas en NGC 6984
Las supernovas son explosiones de estrellas extremadamente luminosas, tan brillantes que son notables entre las estrellas que brillan, como en la galaxia espiral NGC 6984. En la imagen en contra, se puede ver cerca del jardín derecho y central, una estrella muy brillante que muestra el final de su vida en una explosión espectacular. Ya en 2012, la estrella llamada SN 2012im hubo expulsado una gran parte de su material en el centro de los brazos de la galaxia espiral NGC 6984. Y en 2013 fue el turno de SN 2013ek otra supernova explota en esta galaxia. Es lo que es visible en el primer plano de la imagen, como una estrella muy brillante justo encima ya la derecha del centro de la galaxia. SN 2012im fue una supernova Tipo Ic, mientras que el más reciente SN 2013ek este es un tipo Ib. Las dos son supernovas resultantes del colapso de su núcleo que han perdido sus capas exteriores de hidrógeno. Sin embargo, la supernova SN 2013ek de tipo Ib han perdido más, sus capas exteriores de helio. Esta imagen fue tomada el 19 de Agosto, 2013 muy cerca de donde SN 2012im explotó, tan cerca que se cree que los dos eventos están relacionados.


Entre 1,4 y 5 veces la masa del Sol, su agonía es mucho más violenta. Su radio se reduce a 10 km de la densidad final es enorme, los núcleos no pueden resistir y el corazón de la estrella se convierte en un núcleo gigante de neutrones. El derrumbe causó una terrible explosión, que proyectará las capas superiores de la estrella al espacio y que brillará en el cielo, una supernova. Por encima de 5 veces la masa del Sol, el colapso es muy violento. No se puede detener. El corazón de la estrella se convierte en un agujero negro. La violencia de la caída produce una gran explosión, que los proyectos de las capas superiores de la estrella al espacio. Como en el caso anterior, una supernova se esparcirá, cientos de miles de millones de kilómetros, la siembra en el medio interestelar de elementos pesados producidos durante la vida de la estrella durante la explosión. Estos elementos pesados son los componentes básicos de los planetas terrestres como la Tierra. Esta nueva imagen del Hubble, es una de las imágenes más importantes de la historia, con un observatorio en órbita terrestre. Nos muestra una completa y muy detallada, de la Nebulosa del Cangrejo. El Cangrejo es sin duda el tema más interesante, y también uno de los más estudiados en el mundo de la astronomía. La imagen de esta nebulosa es la imagen más grande jamás tomada con la cámara del Hubble. Que se reunió del 24 exposiciones individuales tomadas por el Hubble de NASA / ESA Hubble.

Clases de estrellas

Esta clasificación se basa en el diagrama de Hertzsprung y Russell o diagrama “H-R”, que clasifica las estrellas según la temperatura de mayor a menor con una serie de letras: O, B, A, F, G, K y M, y que a su vez se dividen en diez partes del 0 al 9, por ejemplo nuestro sol pertenece a la clase G2.

 En este diagrama de Hertzsprung-Russell se sitúa una secuencia principal con la mayoría de estrellas, y que van desde magnitudes de -10 (clase O) hasta +15 (clase M).Por encima de esta secuencia se sitúa otra banda con las clases de la G a la M, que incluyen las estrellas gigantes y supergigantes. Por su parte, las estrellas enanas blancas se sitúan por debajo de la secuencia principal, correspondientes a las clases B a F.

Clase O
 Este grupo se caracteriza en primer lugar por las líneas de helio, oxigeno y nitrógeno, además de las líneas de hidrogeno. El grupo O que comprende las estrellas muy calientes incluye tanto las que muestras espectros de línea brillante de hidrogeno y helio, como las que muestras líneas oscuras de los mismo elementos.

 Clase B
 En este grupo, las líneas de helio alcanzan la máxima intensidad en la subdivisión B2 y palidece progresivamente en subdivisiones más altas. La intensidad de las líneas de hidrógeno aumenta en forma constante en todas las subdivisiones. Ejemplo: Estrella Épsilon Orionis.

 Clase A
 Este grupo comprende las llamadas estrellas de hidrógeno dominados por las líneas de absorción del hidrógeno. Ejemplo: Sirio.

 Clase F
 En este grupo son fuertes las llamadas líneas de calcio H y K y las líneas características de hidrógeno. Ejemplo: Estrella Aquilae.

 Clase G
 Este grupo comprende estrellas con prominentes líneas de hidrógeno. También están presentes los espectros de muchos metales en especial el hierro. El sol pertenece a este grupo y, por lo tanto, a las estrellas G se las denomina con frecuenta estrellas de tipo solar.

 Clase K
 A este grupo pertenecen las estrellas que tienen fuerte líneas de calcio y líneas que indican las presencia de otros metales. La luz violeta del espectro es menos intensa, comparada con la luz roja de las clases antes mencionadas. Ejemplo: Arturo.

 Clase M
 Este grupo comprende estrellas en cuyos espectros dominan las bandas resultantes de la presencia de moléculas de óxido de titanio, entre otros óxidos metálicos. El final violeta del espectro es menos intenso que el de las estrellas K. Ejemplos: Betelgeuse, Alpha Orionis. Cuando se acerca al final de su vida, la estrella se expande transformándose en una gigante roja. Si la masa de la estrella baja de 1,4 veces la solar, el helio se va quemando hasta la totalidad, contrayéndose gradualmente hasta que se apaga tras consumir todo el combustible, al enfriarse se queda transformada en una enana blanca. Si la masa de la estrella supera 1,4 veces la masa solar, entonces explota irradiando inmensas cantidades de energía, es decir, se convierte en una supernova.

 Las estrellas salen de la secuencia principal para morir.

 Enanas
 Son estrellas rojas (enanas rojas) o blancas (enanas blancas), de pequeño tamaño que se manifiestan por su baja luminosidad. Las enanas rojas se encuentran situadas en la secuencia principal del diagrama espectral hertzsprung-russell; son relativamente jóvenes y con masa muy inferior a la del Sol.

 Las enanas blancas son muy pequeñas y tienen densidades extremadamente altas a pesar de su pequeño tamaño. Estas estrellas se encuentran en el estadio final de la evolución estelar, es decir, la estrella se va apagando paulatinamente porque la energía que irradia no llega a ser compensada.

 Gigantes
 Se trata de estrellas muy grandes y luminosas cuyo diámetro pueden alcanzar el orden de cien soles. Tienen color amarillo o rojo. En el diagrama espectral Hertzsprung-Russell se encuentran situadas en su parte superior derecha. Su densidad es pequeña y corresponden a un nivel de la evolución estelar posterior al de las estrellas de la secuencia principal.

 Supergigante
 Se trata de una estrella que posee una luminosidad cuarenta o cincuenta veces superior a las gigantes; las más grandes poseen diámetros que supera en 400 veces el de nuestro Sol. Se sitúan en la parte más alta del diagrama Hertzsprung-Russell, fuera de la secuencia principal.

 Novas
 Las novas o estrellas nuevas, se las puede considerar estrellas variables que, en pocos días u horas, aumentan bruscamente su brillo en varias magnitudes, para después perderlo lentamente y recobrar su brillo anterior. Las Novas se producen cuando explosionan las capas más externas de las estrellas enanas blancas, despidiendo una luminosidad muy intensa. Pueden llegar a brillar hasta 200.000 veces más que el Sol.

 Se ha comprobado que algunas novas repiten el proceso aproximadamente al cabo de 10 años. Las novas más cercanas de las que se conoce distancia y brillo sirven de referencia para calcular otra incluso de otras galaxias. Antiguamente se denominaba nova a cualquier estrella nueva que aparecía súbitamente en algún lugar del firmamento, donde no se había observado nada con anterioridad aunque en realidad, estas estrellas ya existían antes de que se pudieran vera simple vista.

 Supernovas
 Las Supernovas son estrellas poco frecuentes cuyo proceso es, generalmente, similar al de una nova (aunque no son periódicas), pero que dada su excepcional violencia alcanzan luminosidades superiores al de toda la galaxia, además de ser muy duraderas. Son sin duda las estrellas variables más espectaculares. El aumento de brillo puede llegar a ser de hasta 20 magnitudes, y a pesar de ello sólo unas pocas se pueden observar a simple vista. La magnitud de la explosión (que podría durar unos pocos días) puede ser equivalente a 100.000 millones de veces superior al brillo de nuestro Sol. Tras la explosión de una supernova apenas quedan restos, en su lugar permanecen gases y materias interestelares que terminan expandiéndose, que podrían ser contempladas en forma de nebulosas o nubes de gas brillante; estas masas contribuirán en la aportación de materia para la formación de nuevas estrellas.

 Dentro de las Supernovas hay las de tipo I y II.

 Cefeidas
 Las cefeidas, llamadas así por Delta Cefei, de la constelación Cefeo, son estrellas variables que se caracterizan por la regularidad de su período, que suele ser bastante exacto. Generalmente acostumbran a tener períodos cortos de entre 2 a 50 días, aunque también las hay que superan los 100 días; todos estos periodos son cientos de veces más luminosos que nuestro Sol. Cuanto más largo sea el periodo de una cefeida, mayor será su brillo medio.
 El descubrimiento de las estrellas cefeidas ha resultado inestimable para realizar mediciones estelares. Polar Es una estrella visible que pertenece a la constelación de la Osa Menor.

lunes, 4 de abril de 2016

El diagrama de Hertzsprung-Rusell

El diagrama de Hertzsprung-Russell (comúnmente abreviado como diagrama H-R) es un gráfico de dispersión de estrellas indicando la relación entre las magnitudes absolutas o luminosidades de las estrellas en comparación con sus clasificaciones espectrales o las temperaturas efectivas. De forma más sencilla, en el gráfico se traza cada estrella para medir su brillo en comparación con su temperatura (color).

 El diagrama fue creado alrededor del año 1910 por Ejnar Hertzsprung y Henry Norris Russell y representa un paso importante hacia la comprensión de la evolución estelar o "la forma en que las estrellas pasan por secuencias de cambios dinámicos y radicales a través del tiempo".

 Fue realizado en 1905 por el astrónomo Ejnar Hertzsprung y, de manera independiente, en 1913 por Henry Norris Russell. El diagrama de Hertzsprung mostraba la luminosidad de las estrellas en función de su color, mientras que el diagrama inicial de Russell mostraba la luminosidad en función del tipo espectral. Ambos diagramas son equivalentes

FORMAS DEL DIAGRAMA

Hay varias formas del diagrama de Hertzsprung-Russell, y la nomenclatura no está muy bien definida. Todas las formas comparten el mismo diseño en general: las estrellas de mayor luminosidad están situadas en la parte superior del diagrama, y las estrellas con una temperatura superficial elevada están en el lado izquierdo.
El diagrama original mostraba el tipo espectral de las estrellas sobre el eje horizontal y la magnitud visual absoluta en el eje vertical. El tipo espectral no es una cantidad numérica, sino que la secuencia de tipos espectrales es una serie monótona que refleja la temperatura superficial estelar. Versiones observacionales modernas de la tabla de tipos espectrales fueron reemplazadas por un índice de color para las estrellas (los diagramas que se realizaban a mediados del siglo 20 eran a menudo de color B-V). Este tipo de diagrama es lo que se suele denominar como un diagrama Hertzsprung–Russell observacional o un diagrama color-magnitud. En casos en que las estrellas son conocidas por estar a distancias iguales, como dentro de un cúmulo estelar, se utiliza a menudo un diagrama color-magnitud para describir las estrellas del cúmulo con un trazado en donde el eje vertical es la magnitud aparente de las estrellas. Para miembros del cúmulo, hay una sola diferencia constante aditiva entre sus magnitudes aparentes y absolutas, llamada módulo de distancia, para todas aquellas estrellas de los cúmulos. Los primeros estudios de cúmulos cercanos abiertos (como las Híades y Las Pléyades) realizados Hertzsprung y Rosenberg produjeron el primer diagrama color-magnitud, anterior por unos años a la síntesis influyente de Russell del diagrama que recopilaba datos para todas las estrellas cuyas magnitudes absolutas se pudieron determinar.

 Otra forma de diagrama traza la temperatura superficial efectiva de la estrella en un eje y la luminosidad en el otro, casi invariablemente en un gráfico de representación logarítmica. Los cálculos teóricos de la superficie estelar y la evolución de las estrellas producen gráficos que concuerdan con los de las observaciones. Este tipo de diagrama podría ser llamado diagrama de temperatura-luminosidad, pero este término casi nunca se utiliza; cuando se hace la distinción, esta forma es llamada en su lugar diagrama teórico Hertzsprung–Russell. Una característica peculiar de esta forma de diagrama HR es que las temperaturas están representadas desde una temperatura elevada a una baja temperatura, que ayuda en la comparación de esta forma de diagrama HR con la forma observacional.

Evolución de las Estrellas

Las estrellas evolucionan durante millones de años. Nacen cuando se acumula una gran cantidad de materia en un lugar del espacio. El material se comprime y se calienta hasta que empieza una reacción nuclear, que consume la materia, convirtiéndola en energía. Las estrellas pequeñas la gastan lentamente y duran más que las grandes.

 Las teorías sobre la evolución de las estrellas se basan en pruebas obtenidas de estudios de los espectros relacionados con la luminosidad. Las observaciones demuestran que muchas estrellas se pueden clasificar en una secuencia regular en la que las más brillantes son las más calientes y las más pequeñas, las más frías. 

Esta serie de estrellas forma una banda conocida como la secuencia principal en el diagrama temperatura-luminosidad conocido como diagrama Hertzsprung-Russell. Otros grupos de estrellas que aparecen en el diagrama incluyen a las estrellas gigantes y enanas antes mencionadas.

Composicion de las estrellas

La composición de una estrella podría determinar la existencia de zona habitable en su entorno así como la estructura de los planetas que se forman a su alrededor, según un estudio elaborado por astrónomos de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos). Además, el trabajo explicado durante la reunión de la Sociedad Astronómica Americana, aporta nueva información a la evolución de las zonas habitables y, según apuntan sus autores, permitirá elaborar una lista de "las mejores estrellas con planetas potencialmente habitables".

 Los científicos han explicado que las zonas habitables son las regiones que rodean a las estrellas donde las condiciones son más favorables para el desarrollo de la vida. Concretamente, son las regiones donde las temperaturas permiten que exista agua líquida en la superficie de los planetas y son ideales para "la vida tal como la conocemos" en la Tierra.

 El autor del estudio, Patrick Young, ha indicado que, hasta ahora, el estudio de las zonas habitables se centraban en los planetas, su atmósfera, su geología o su situación en el Universo. Sin embargo, el nuevo estudio ha hallado indicios de que las estrellas también son responsables de la existencia de estas zonas habitables y, más concretamente, su composición.
Así, los expertos han estudiado las longitudes de onda de un total de 600 estrellas con el fin de determinar qué elementos se encuentran en su composición y han hallado algunos en baja cantidad pero mucho más pesados que el hidrógeno o el helio, los elementos de lo que está compuesta principalmente una estrella. Son las variaciones o combinaciones de estos elementos en cada estrella los que, según el estudio, favorecen o no una zona habitable.

 El trabajo destaca elementos como calcio, sodio, magnesio, aluminio y silicio. Además, Young ha señalado también el oxígeno, aunque, en este caso, influiría en "la vida útil de la zona habitable", es decir, cuánto tiempo podrían albergar vida los planetas que se encontraran en su entorno. Así, ha puesto como ejemplo la Tierra a la que, según los expertos, le quedan aproximadamente más de 5.500 millones de años tras más de 3,9 millones de años de vida.

 "Un planeta junto a una estrella con agotamiento de oxígeno tendría una vida de 3,5 millones de años, frente a una media de 8,5 millones de años que puede tener una rica en este elemento", ha explicado el astrónomo.